Es acción y comedia romántica. Los personajes practican las artes marciales y con frecuencia están buscando cómo ser el mejor. Aunque la lucha más grande es por llevarse bien unos con otros.
La historia está basada en un manga de la escritora Rumiko Takahashi; que comenzó a publicarse en 1987 y finalizó en 1996, formado por 38 volúmenes. El animé, por su parte, estuvo a cargo de Kitty Films y se emitió de 1989 a 1992, formado por 161 capítulos. La manga fue tan popular y exitosa, sin embargo, cuando deciden lanzar el animé optaron por lanzar primero una miniserie de 18 capítulos y , al finalizar, comenzó la serie larga (161 capítulos). Y sí, ambos tuvieron buena aceptación.
Todo comienza cuando Genma y Ranma Saotome (padre e hijo) se dirigen a casa de Soun Tendo, padre de Kasumi, Nabiki y Akane. De jóvenes, los padres acordaron enlazar en matrimonio a sus hijos Ranma y Akane. Sin embargo, el primer encuentro de los chicos marcó el comienzo de una relación entre luchas, insultos y amor.
Así, poco a poco, van entrando a la trama personajes que sirven como relleno: los pretendientes de ambos. Estos traen situaciones de desencuentros amorosos, desafíos y combates, por supuesto, esto le da sabor y humor a la serie. También, obligan a los personajes principales que se ayuden entre sí, pues los ponen en aprietos. Claro, el público espera que en una de esas aventuras se logre definir si el amor fluirá entre los pretendientes, pero siempre son interrumpidos, y el tema se queda en suspenso hasta el siguiente capítulo.
A lo largo de la serie, Ranma va creciendo como practicante de las artes marciales. Además, tiene que luchar contra una maldición que hace que se convierta en mujer cada vez que toca agua fría, por supuesto, también aprende a sacarle ventaja a la maldición. El resto de personajes también tienen sus propias vicisitudes, ya sea por maldiciones o tienen que pelear contra su propia personalidad, como le ocurre a Akane.
La banda sonora contribuyó a que la serie se consagrara como un clásico. Es un animé romántico entrelazado con las artes marciales. Las canciones, de introducción y final, representan ese espíritu. Relatan los roces que existen entre Ranma y Akane, pero también muestran que el amor puede vencer cualquier indiferencia. Ambas son muy contagiosas y cualquiera que vea la serie no podrá evitar cantarlas.
En muchos capítulos hay más diálogos que luchas cuerpo a cuerpo, pero eso no importa, pues al fin y al cabo quien estaba frente al televisor -en la época la transmisión- quería saber si Ranma va a declararle su amor a Akane y si ella daría el sí.
Glenda Burrión
