Pokémon es uno de los más grandes fenómenos a nivel mundial. Tiene de todo: videojuegos, serie animada, peluches, manga e incluso parque de atracciones; pero pocos saben cómo comenzó el fenómeno. Odiado y amado por grupos distintos, el anime de Pokémon tiene algo que contarnos, y, ciertamente, no me refiero a Satoshi o “Ash” como lo conocemos en Latinoamérica.
Es necesario un poco de contexto e historia. Pokémon, la serie animada, lanzó su primer episodio en Japón el 1 de abril de 1997. Se basa en las primeras versiones del videojuego (Pokémon Rojo y Pokémon Azul) que recorre la región de Kanto en la que habitan 151 especies distintas de Pokémon. Su propósito no era otro que promocionar los videojuegos, y vaya que fue un éxito. No tardó mucho en sacar todo tipo de coleccionables: figuras de los personajes, ropa, prendedores, juguetes, inclusive dispositivos electrónicos (como una versión de tamagotchi con Pikachu, en vez de la típica criatura sin forma, y la pokédex). Esta serie sigue la historia de “Ash” Ketchum, un niño de Pueblo Paleta que recién se aventura en el camino para convertirse en maestro Pokémon, acompañado desde el primer episodio por Pikachu. A medida que su viaje avanza se encuentra con distintos Pokémon que se vuelven en sus amigos. Una historia prometedora, ¿no creen?
Lectores, por favor no se ofendan con lo siguiente: toda la serie de Pokémon es relleno. ¿Por qué? Al ser un anime basado en un videojuego, uno esperaría ver las aventuras del protagonista de dicho juego. Debería tener un inicio, un conflicto y un desenlace. El verdadero problema con este anime es que no tiene desenlace. Vemos a Ash moverse de región a región, liberando a sus compañeros Pokémon (excepto a Pikachu), atrapando a otros en la nueva región para formar un equipo, derrotar a los líderes del gimnasio y luego aventurarse en la liga en la que siempre pierde. Y bien, esa fórmula funcionó en las primeras tres generaciones (yo enserio esperaba que ganara en Hoenn para darle un final a la serie), pero en este punto se ha vuelto repetitivo y predecible.
Hay un mito común entre los que ven la serie animada: “Ash Ketchum sigue teniendo 10 años”, lo cual es falso. A pesar de que en los doblajes nunca mencionan su edad, en Japón sí hay episodios que lo hace. Actualmente,después de la liga de Unova, debería tener unos 16 años. Eso me hace pensar… el equipo Rocket lleva esos mismos seis años (en tiempo de anime aclaro) tratando de secuestrar al mismo Pikachu. Y estaría bien si ellos fueran realmente los malos de la historia, pero desde hace mucho no son más que el escape cómico del anime. Seamos honestos: Wobbuffet y Meowth no son intimidantes (los únicos que se han quedado con Jessie y James a lo largo de los años), y sabemos que al cambiar de región volverán a cambiar de Pokémon por razones desconocidas. Como tal, en la historia no hay un villano real, no hay un mal supremo que derrotar, solo las sutiles apariciones del equipo de buscapleitos regionales (cuya historia tampoco desenvuelven en la serie). Muchos me odiarán por esto, pero hay que admitir algo muy real: el anime de Pokémon carece de una historia digna de seguirse.
Ignoremos por un momento todo lo negativo que acabo de mencionar y pensemos en los aspectos técnicos de la serie: animación y banda sonora. Por un lado, debo admitir que la animación ha mejorado con los años. Los trazos se volvieron más suaves, los movimientos más fluidos, metieron a Pikachu en una rutina de ejercicio (los que vieron la serie, desde que estaban en Kanto, recordarán lo redondo que era) e incluso la animación de los ataques se volvió más tecnificada. La banda sonora no está mal, digo la mayoría de las canciones introductorias tienen un ritmo pegadizo y alegre con una letra que habla sobre explorar las distintas regiones. Como lo mencioné desde el principio: la serie animada se hizo para promocionar los videojuegos y es justo lo que hace, atrae al público diciéndole “ven, explora este mundo”. Por lo que creo que está bien como publicidad, aunque es aburrido para una serie. Pero me sigo preguntando lo que pasó con el propósito de la primera apertura: “atraparlos mi prueba es, entrenarlos mi ideal”. ¿Dónde quedó ese afán por ser el mejor?
¿Oye, pero recomendarías esta serie? Para ser franco, no. Como ya dije: es repetitiva, predecible y no lleva a ningún lugar. ¿Qué recomendaría? Vean Pokémon Origins y Pokémon Generations, son OVAS cortos basados en la historia de los videojuegos y que te muestran momentos relevantes de los mismos. Busquen el manga de Pokémon Adventures, donde Hidenori Kusaka nos hizo el favor de seguir la historia de cada protagonista de cada juego en su viaje por la región, dándole toques propios que te hacen pensar: ¿Por qué no hicieron así la serie animada? Y, desde luego, recomiendo que jueguen los videojuegos. A decir verdad, nada se compara con el momento en el que tú eliges, por primera vez, a tu Pokémon inicial.
Guillermo C.
