El siglo XXII nos manda un regalo en forma de un gato robótico. Equipado con toda clase de tecnología avanzada, Doraemon tratará de cambiar el futuro de Nobita, el patriarca de toda una familia que necesita mejorar su estilo de vida.
La historia comienza con Nobita, un muchacho que cursa la primaria. En ese entonces estaba enamorado de Shizuka, y su prioridad era pasarla bien con los amigos y aprobar todas las materias del colegio. Sus obligaciones eran pequeñas, pero Nobita no pudo imaginar cuánto iba a afectar sus hábitos en el futuro. Para evitar que cometiera graves errores y afectara así a toda su generación, se aparece Sewashi, su bisnieto, y su mascota robótica. Nobita descubre que se volverá en un hombre si éxito. Sus más grandes sueños se ven hundidos en el fracaso, incluyendo tener una empresa exitosa o un matrimonio con la mujer que siempre amó desde la primaria. Su nieto ha llevado a Doraemon al pasado para que Nobita tenga compañía, le de consejos buenos y pueda cambiar su porvenir.
Esta serie de televisión se ha visto en muchos países, por lo que es bien conocida. Está basado en un manga del mismo nombre, escrito por Hiroshi Fujimoto. Se lanzó en Japón en 1969 y se publicó bajo el sello de la editorial Shōgakukan. Sus series animadas, que iniciaron en 1973, se ha reproducido en más de veinte países en todo el mundo y, en la actualidad, se sigue reproduciendo en muchos canales.
Los desenlaces de la serie se centra en los problemas que Nobita tiene que enfrentar como un pre-adolescente, sus malos hábitos, amigos, sentimientos y responsabilidades (como entregar o no una tarea). En algunos capítulos se muestran flashbacks y flasforwards de la vida de cada uno de los personajes. En el primer capítulo se muestra la vida futura de Nobita, en la que se casa con la hermana menor de “Gigante”, el niño peleonero y bully del vecindario. Más adelante se muestra la vida de Doraemon, en donde se sabe que su color de pelaje era amarillo. Un día llora tanto que le cambia el color del pelo. La tristeza lo cambia para siempre. Aunque “Gigante” no se considera como un enemigo declarado, muchas veces él es el motivo por el que los demás pasen un mal rato entre contiendas, miedos e intimidaciones. Los antagonistas se rotan, más que ser uno en específico. Varía según el capítulo y el tema que se esté abordando. Algunas veces los padres de Nobita como los villanos, otras veces será él mismo debido a sus malas decisiones y falta de razonamiento.
Antes de asignarle a alguien el papel de “malo” y “bueno”, se busca exponer el cuadro costumbrista de una familia japonesa a finales de los años 90 y a principios del siglo XXI. De hecho, hay elementos que construyen a los personajes en esta misma línea. Doraemon viene de la unión de dos raíces lingüísticas japonesas “Dora” y “emon”, el primero alude al gong, uno de los instrumentos característicos de las culturas orientales. El segundo alude a una expresión antigua para referirse a los samuráis (guerreros con gran honor). Al crear el nombre, también se quiso que sonara parecido a los pastelillos típicos japoneses: los dorayakis. Son un postre delicioso: dos bizcochos redondos, kasutera, rellenos de anko, un fruto dulce mezclado con chocolate.
En cuanto a la música que acompaña la animación de los personajes, que los primeros episodios ya no cubre los estándares actuales de anime de buena calidad, se resaltan los instrumentos de viento, los sintetizadores y las percusiones. Debido al tema futurístico, algunas veces resaltan más los instrumentos digitales que los análogos.
Doraemon continua con fuerzas por sus fans, sobretodo en Japón. Es un show que no es del todo mal para ser una serie infantil educativa. Su concepto es creativo como los roles cambiantes de sus personajes. No es ofensiva, y es buena para los niños y los adultos que los pueden acompañar. Es un clásico que merece al menos un breve vistazo, y desde ahí decidir si continuar las aventuras de Nobida, Doraimon y todos sus amigos.
Fernanda Solórzano
