Japón es conocido por colocar personajes, situaciones, escenarios y objetos sin relación alguna en un mismo espacio para crear animes. Por lo general, las fórmulas más extravagantes suelen llamar la atención del público y generan muchísimo éxito. En esta ocasión, una de las escuelas japonesas abre sus puertas a las apuestas, el dinero, la fama y fortuna con la serie Kakegurui.
Este anime, del género de misterio, debutó durante la temporada de verano en el 2017. Además, a partir del 1 de julio, Netflix obtuvo la licencia de la serie y gran parte de las cadenas japonesas compartieron la transmisión en horarios especiales. A su vez, Kakegurui cuenta con un manga de drama y misterio escrito por Homura Kawamoto, ilustrado por Toru Naomura y reproducido por la editorial Square Enix. Comenzó a distribuirse en 2014, llevando diez volúmenes que continúan en emisión. Su última entrega fue el 22 de agosto de 2018 y Netflix espera lanzar la segunda temporada el año que viene. Como tributo a su éxito, esta enorme empresa decidió recrear el anime con un live action con el mismo nombre.
El primer capítulo va al grano con la trama. Se trata sobre una escuela de élite que recoge a los estudiantes más adinerados de Japón y quienes, además, son expertos en apuestas. Es una dinámica peculiar: de día estudian y por la tarde apuestan. Los maestros y adultos brillan por su ausencia y, como siempre, no son un impedimento. A su vez, el narrador de la serie es uno de los alumnos, Ryota Suzui, quien no tuvo tanta suerte jugando contra una chica del consejo estudiantil. El que pierda se convierte en un esclavo y tendrá una deuda enorme por pagar. Simple, sencillo y genérico. ¿Verdad? Sin embargo, hay una característica interesante que, con tan solo unos minutos, explica la jerarquía que tienen los estudiantes relacionado con su estatus. ¿Cuánto dinero debes tener para estar por encima de todos? Luego, como obra del destino, aparece un nuevo personaje que cambiará el orden de las cosas. De esa forma, se presenta a Yumeko Jabami quien desafía a Maryi Saotome, la chica del principio, en un juego de piedra, papel o tijeras con cartas. Por último, gana la apuesta con su inteligencia y paga la deuda de Ryota, llamando la atención del consejo estudiantil.
La ilustración y la animación están dirigidas por la productora MAPPA y ¡acertaron muy bien! El dibujo, los trazos y los movimientos para los personajes son fluidos y cuyos diseños son excelentes. Por un lado, logran resaltar la sensualidad, las facciones grotescas y esa pizca de locura que, en el universo de Kakegurui, necesitas tener para apostar. Por otro lado, durante los últimos cinco años, el anime ha pasado por una transición que mezcla las nuevas tecnologías e involucra la animación en 3D. Por lo general, suele fracasar esa mezcla extraña entre el mundo digital y la animación por cuadros, pero esta serie hizo incluir esta técnica sin forzarla. Además, la música es el complemento perfecto entre el tradicional jazz “casinesco” y la electrónica. Los dos géneros se integran entre sí para formar atmósferas diferentes: una destaca la diversión y el gusto por los ambientes de alto riesgo, mientras que la otra resalta el estrés y la locura de alguno de los personajes.
Por último, ¿recomiendo este anime? No lo sé. Una parte de mí dice que tiene mucho que dar a nivel creativo. Los juegos que se Homura Kawamoto se sacó de la manga son tan descabellados que merecen que lo desarrollen un poco más. Pero, la otra todavía se encuentra insatisfecha por la historia. Claro, a medida que avanza la tensión aumenta. Sin embargo, cada capítulo sigue la misma estructura: aparece un enemigo nuevo, Yumeko los enfrenta, gana o pierde y luego sube el nivel. Algo, muy en el fondo, sabe que hay que darle una oportunidad a esta serie, considerando que la segunda temporada está en camino, cruzaré los dedos porque muchos misterios se resuelva. Porque sí, los hay y te revuelven la cabeza para que no te escapes tan rápido sin antes apostar.
Karin Aroche
